Los pasos de Peñarol por estos tiempos deben ser sumamente cuidadosos y planificados. La pobre economía del club no puede solventar ningún capricho más de los dirigentes (Innumerables en la historia del club) y se deberá ajustar al momento del país.
Con deudas a los jugadores y Cuerpo Técnico que se arrastra, no sólo de la liga que terminó, sino de otras pasadas, los dirigentes deben emplear al máximo el ingenio para seguir participando del gran circo de la Liga Nacional.
En primera instancia lo que Peñarol sufrirá es una renovación y ampliación de la sub comisión de Liga. Todos entienden que Peñarol es un club de Liga Nacional y su sentido de existencia se basa en el enorme arraigo en la gente. Por lo tanto los nombres que se suman al proyecto son personas identificadas desde siempre con los colores que ahora tendrán voz y voto.
En la semana se terminará de concretar la totalidad de los integrantes, y con ellos los canales de aportes para la futura liga.
El segundo paso será concensuar el técnico. Es un secreto a voces, pero el número puesto es la vuelta al club del hombre más querido por su gente: Néstor Rafael García.
Néstor viene de dirigir en la Liga de Venezuela y se encuentra en su Bahía Blanca natal. La conformidad del “Che” para volver a Peñarol es absoluta y en referencia al costo de su sueldo se toma como parámetro el arraigo de la gente por su sola presencia volvería a la cancha. Es decir, Néstor se vende solo.
Peñarol, como muy poco clubes en la liga tiene un extra que debe explotar: el arrastre de su gente, que en una de las peores campaña de su historia terminó en el 4to lugar en materia de recaudación superando los 1000 espectadores por juego.
Por tal motivo, potenciar la vuelta masiva de la gente y sacar provecho de ese caudal es una factor importante que los dirigentes toman en cuenta. El Nombre de Néstor García asegura lo que otros técnico no. La vuelta del ídolo a su vieja casa es una inyección de fe.
El tema de la cancha es uno de los factores importantes también. La reestructuración completa del Super Domo es más que factible y el gasto de inversión (superior al los 70.000 pesos) sería recuperado del alquiler para otras actividades. Hoy sólo está en óptimas condiciones el piso flotante con que Peñarol terminó jugando en marzo del 95.
El siguiente paso será darle el presupuesto final al técnico para que comience el armado del plantel. Aunque se sabe que no habrá lugares para hacer grandes cosas, en general la Liga no tendrá figuras de renombre salvo honrosas excepciones, por lo que quizás con poco este en la pelea.
Peñarol esta empezando a desandar un camino nuevo. Con mucha más austeridad que su famosa historia de “manteca al techo”. Quizás en un tiempo se note que el camino fue el correcto.
Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar
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