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Un sello más en el pasaporte

En una época en que nos hemos acostumbrado ver a entrenadores españoles que salen al extranjero a seguir sus carreras, también se dan casos de jugadores que juegan fuera de nuestras fronteras. El último caso es el de Álvaro Calvo, que acaba de confirmar su fichaje por el Ferro argentino, aunque su trayectoria en el extranjero es de lo más extensa y variopinta.

Nacido en Palencia y criado en la cantera del antiguo CB Valladolid, Calvo empezó su carrera en 2001 en la liga EBA con Caja Rioja y pasó por todas las categorías del baloncesto español hasta alcanzar la liga ACB en diciembre de 2003 con Tenerife en un encuentro ante Unicaja. Este alero jugó 10 minutos en su juego de debut y sumó 5 puntos y 3 rebotes, compartiendo equipo con Leandro Palladino y enfrentándose ese día a Walter Herrmann y otros jugadores que posteriormente pasarían por la Liga Nacional como son Darren Phillip o Larry Lewis. Sin embargo, su paso por la ACB fue bastante efímero, con participación en apenas 3 juegos en esa temporada 2003-04 y otros 4 más en la temporada 2006-07 con CB Valladolid. Entre esas dos etapas, hizo la pretemporada el Baskonia de Luis Scola y Pablo Prigioni, pero una inoportuna lesión de rodilla le dejó sin la oportunidad de formar del plantel del equipo vitoriano

Aunque llegó a entrenar con la universidad de Fordham y realizó las pruebas de acceso a la universidad, Álvaro Calvo decidió no dar el salto a Estados Unidos y fue cuando firmaría con Tenerife para debutar algunas semanas después. No obstante, su "no" al baloncesto estadounidense nunca fue un "no" a salir de España.

"Lo pasé bien y conocí a gente con la que mantengo todavía contacto, aunque fue duro, viviendo solo, fuera de mi entorno y de la zona de confort", explicó el jugador en una entrevista de hace unos años. "Ahí aprendí a ser profesional. Sin embargo, cuando acabé el año decidí ir a jugar a Tenerife. No sé cuánto habría cambiado mi vida si hubiera tomado el otro camino"

Su primer país fuera de las fronteras españolas fue Suiza, donde se convirtió en el líder del Lausanne Morges en el año 2007. "No me podía creer que los aficionados aplaudieran a los dos equipos. No escuchabas ni un pito. Es un cultura totalmente contraria a la que me encontraría años más tarde en Sudamérica, donde lo mínimo que me llamaron fue hijo de p...", explicaba Calvo en ese misma entrevista.

Antes de cruzar el océano Atlántico, Álvaro Calvo volvió a España para jugar de nuevo con Tenerife en LEB Oro... pero su gran aventura estaría a punto de comenzar. El palenciano dio el salto a Latinoamérica cuando la expansión de Internet y las redes sociales no nos había acercado este baloncesto y apenas era conocido.

La ciudad dominicana de La Romana fue su destino, convirtiéndose en uno de los primeros europeos en jugar allí. Sorprendido por la afición de la gente al baloncesto, con muchas anécdotas por el acento y el vocabulario, la experiencia en la República Dominicana trascendió mucho más allá de los deportivo. Tras destacar en San Carlos, se ganó el apodo de Nowitzki, ya que en ese año fue cuando Dallas Mavericks ganó el anillo de la NBA. "Habrá cosas que son complicadas pero me gustó esa etapa. Me encantó ese país", decía el alero sobre su experiencia en el país caribeño.

Si hay algo que supere el ambiente de las canchas dominicanas, es Venezuela, donde el baloncesto es casi una religión. Acereros de Guayana, Toros de Aragua y Rojos de Sucre fueron sus equipos en la Liga Nacional del país criollo, un torneo diferente a la LPB donde hemos visto a muchos entrenadores españoles en los últimos años y donde llegó a ser máximo anotador de la liga.

"Individualmente me fue muy bien", explicó Álvaro Calvo en esa misma entrevista. "Gané varios torneos, fui máximo anotador en una de las ligas tanto en Venezuela como en República Dominicana y disfruté mucho jugando allí. Puede llegar a ser estresante el jugar tan presionado por el hecho de que te puedan cortar en cualquier momento pero espero volver algún día porque no he visto en ningún sitio que se viva el básquet igual"

"Merece la pena jugar fuera de España", explicaba Calvo en una entrevista en 2010 a El Día de Valladolid. "Al principio arriesgué, pero al haber jugado tan bien, ahora me merece mucho la pena económicamente. No me importa no volver a jugar en España. El baloncesto me hace feliz y jugaría en cualquier parte del mundo"

El cuarto sello en su pasaporte profesional y tercero en Latinoamérica llegó en 2011 y sería el de Brasil. En sus dos años en Sao Jose, fue campeón del torneo paulista con Sao Jose, fue tercero en la NBB y disputaron tanto la Liga Sudamericana como la Liga de las Américas y además conoció a Bruna, una chica brasileña.

"Cuando estás jugando fuera, tienes que hacer siempre temporadones, porque si no, te echan", explicaba el jugador en una entrevista en el año 2014. "Vas en el mismo rol que podían tener en España los americanos antes. Tienes que anotar. El de Brasil es un baloncesto que está a medio camino entre la seriedad del europeo y el de otros sitios como Venezuela y Dominicana"

La experiencia amazónica sufrió un parón al año siguiente, ya que el club con el que tenía apalabrado su fichaje no salió en la NBB. Álvaro no se quedó parado y sumó a su carrera una liga más que exótica como la de Kosovo, un lugar que además mantenía todavía algunos rescoldos de la fatídica guerra de los Balcanes. En la ciudad de Mitrovica, se puso a las órdenes del DT español Israel Martín en el Trepca Mitrovice. En su partido de debut, destacó 32 puntos y posteriormente llegaría a formar parte del quinteto ideal del torneo. Al terminar la tempoada, dejó unos promedios de 24.3 puntos.

"Suena a peligroso pero el tiempo que estuve allí no tuve ningún problema", explica el jugador. "Deportivamente me fue muy genial, el equipo necesitaba un anotador y lo fui. Llegamos a semifinales, cumpliendo el objetivo, ya que hay dos equipos muy por encima del resto"

Tras terminar en Kosovo, el objetivo de volver a Brasil seguía presente en la mente de Calvo. Río Claro fue la siguiente escala en su carrera para la temporada 2014-15, aunque no fue su mejor etapa. Problemas físicos lo tuvieron fuera durante el inicio de la temporada, pero su aparición sirvió para que el equipo mejorase y dejó unos interesantes promedios de 9.1 puntos, 5.3 rebotes y 1.3 asistencias.

Si volvió a Río Claro para la vuelta del equipo a la NBB, la temporada 2015-16 la jugaría para uno de los recién ascendidos: Universo/Vitoria. Álvaro Calvo no fue importante sólo por ser una de las referencias ofensivas del equipo y dejar promedios de 16.3 puntos, 5.4 rebotes y 1.4 asistencias. Acciones como u canasta ganadora ante Franca en el mes de diciembre le valieron para ser seleccionado en el equipo de extranjeros del Jogo das Estrelas.

"Está siendo mi mejor temporada aquí en Brasil", explicó el jugador en declaraciones a Gigantes del Basket tras ese evento. "Estoy en un equipo nuevo en Salvador de Bahía estamos luchando por entrar en playoff y personalmente me está yendo muy bien"

Tras Suiza, República Dominicana, Venezuela, Kosovo y Brasil, ahora llega un nuevo sello en el pasaporte de Álvaro Calvo. Su fichaje por un clásico del baloncesto argentino como Ferro supone un hito para la Liga Nacional. El jugador palentino se convierte en el primer jugador español en jugar esta liga, aunque no es el primer jugador nacido en España en hacerlo.

Nacido en la ciudad española de Torrejón de Ardoz, debido a que su padre era un militar estadounidense destinado en esta base militar, el primer jugador nacido en España que jugó en la Liga Nacional fue Wallace Bryant, aunque nunca tomó la nacionalidad española. Este pívote ganó títulos con el Cantú italiano en su año rookie, vistió las camisetas de Chicago, Dallas y los Clippers, consiguió ACB, Copa del Rey y Copa Korac con el FC Barcelona en la temporada 1986-87 y llegaría a Argentina en la recta final de su carrera, donde ganó dos títulos y jugó con Atenas, Peñarol y casualmente también Ferro y terminaría retirándose con 38 años en el "Griego" tras la temporada 1996-97.

Ahora, Ferro y la afición de Caballito serán los que disfruten del jugador español, que llega a un equipo que presenta otras novedades interesantes como Franco Balbí, Kevin Hernández, el pibe Iván Gramajo o la renovación del boricua Ramón Clemente.

Álvaro está muy lejos de aquel jovenzuelo que pudo ir a la universidad de Fordham o que hizo pretemporada con Baskonia. Álvaro se ha labrado su carrera siendo un trotamundos del baloncesto, aceptando las locas aventuras de salir a jugar a Suiza, Venezuela o Kosovo, ganándose el apodo de Nowitzki en la República Dominicana, encontrando el amor y la estabilidad en Brasil y ahora llega a Argentina para sumar un sello más en su pasaporte.

Por Daniel Mérida (@baloncestero)
Especial para www.pickandroll.com.ar

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