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Un año complicado

La previa: Muchas apuestas

Poco quedó del Boca versión 2015/2016 que sostuvo la categoría en el último partido ante San Lorenzo. La vuelta de Ronaldo Córdoba a la dirección técnica del plantel junto a algunos nombres que él ya conocía (Calderón, Gargallo) eran las certezas, pero también había varias apuestas en el Xeneize que asomaba para la nueva temporada liguera.

El propio Córdoba eligió dos foráneos en ligas de verano estadounidenses (James y Johnson), quienes junto a otros nombres que hacían sus primeras armas en el campeonato (Caffaro, López Banegas, Vasirani) conformaban un plantel con potencial desconocido. A ellos había que sumarle jugadores con rodaje en la máxima categoría, como Funes o Pérez.

El hecho de participar en la Conferencia Sur le facilitaba un poco las cosas, teniendo como objetivo primario el mantenerse cerca de la zona de seis clasificados a los playoffs. Sin embargo, estaba claro que el Boca 2016/2017 se iría moldeando con el campeonato en marcha, adquiriendo su juego deseado durante la competencia misma de la LNB.

La primera fase: Las primeras complicaciones

El equipo arrancó con un trabajadísimo triunfo ante Obras en casa, remontando un mal primer tiempo. Eso ilusionó, pero luego llegaron cinco derrotas al hilo que hicieron que Boca rápidamente quede abajo. Matizado con triunfos en casa ante Quilmes y Bahía, el Xeneize llegó a la mitad de la primera fase con un 3-6 que no terminaba de definir el objetivo.

Sin embargo, la segunda mitad de la etapa inicial del torneo fue aún peor. El equipo cayó en una curva descendente y apenas le pudo ganar a Hispano Americano en Río Gallegos. Con ocho derrotas en sus últimos nueve juegos de esta parte del campeonato, Boca cerró con un 4-14 que lo complicaba demasiado de cara al futuro cercano de la Liga Nacional.

El comienzo de la segunda fase: La remontada se hacía esperar

Boca clavó dos buenas victorias en el comienzo de la segunda fase (Gimnasia en casa y Argentino en Junín), pero una seguidilla de tres partidos al hilo en la Bombonerita para cerrar el 2016 lo mató. El Xeneize cayó ante Instituto, Libertad y Ferro, levantando las copas en las fiestas navideñas con un flojo 6-17 de cara al 2017 que estaba por comenzar.

El final de la segunda fase: Dorado al rescate

El arranque del 2017 olía a decisivo. Teniendo que jugar sus dos partidos de esta fase ante Hispano Americano de entrada, Boca tenía la chance de enterrar rápidamente los pensamientos de pelear abajo. El Xeneize respondió, y de la mano de Gianella le ganó las dos veces a los patagónicos, pero lejos estuvo de levantar vuelo pese a que el registro era de 8-17.

Tras ganarle por duplicado a Hispano, el Xeneize perdió siete partidos seguidos (entre ellos una abultada goleada ante Echagüe) y todas las alarmas se encendieron. Con un registro pobre, ni siquiera cuatro triunfos seguidos en casa hicieron que el equipo de Córdoba levante, porque luego de eso cayó en tres partidos al hilo, quedando muy abajo en la tabla.

En paralelo, mucho se hablaba de la llegada de Delfino, hasta que el olímpico llegó. El Lancha se cambió pero no jugó en la derrota ante Ferro, hasta que debutó en el triunfo ante La Unión de local. Sin embargo, Boca Juniors solamente ganó dos de sus siguientes ocho encuentros, quedando por debajo de Hispano Americano en la tabla de la Conferencia Sur.

Tres triunfos en casa elevaron las ilusiones, pero sin el lesionado Delfino, Boca poco pudo hacer en su paso por Corrientes y Formosa. La derrota ante La Unión selló el último puesto, jugando los partidos ante Gimnasia y San Lorenzo sin posibilidades de evitar el playoff por la permanencia. Para empeorar el panorama, Delfino estaba lesionado y en duda.

La final por la permanencia: El desahogo llegó

La espera fue enorme. Las dudas y la ansiedad también. Delfino trabajó con cámara hiperbárica para llegar de la mejor forma posible a los duelos ante Echagüe que sellarían la suerte de la temporada Xeneize. Las cosas salieron bien, la gente respondió, el equipo también, y Boca quedó 2-0 y con muchas ilusiones de cara a la continuidad de la serie en Paraná.

La diferencia de los dos primeros partidos en favor de Boca había sido enorme, pero el cambio de localía le jugó una mala al Xeneize. Echagüe tuvo un tercer juego soñado, a eso le agregó coraje en el cuarto punto, y empató la serie. Los nubarrones volvían a la Bombonerita de cara al quinto y decisivo punto de una serie que más que un deporte ya era una pesadilla.

La madre de todas las batallas se jugaría en el Luis Conde. La gente estuvo. Olvidó viejos rencores y alentó sin parar. El equipo respondió. Luego de un comienzo nervioso y complicado, Delfino lo destrabó y Gargallo lo liquidó. Boca aseguraba la permanencia en la Liga Nacional con un ajustado 3-2 en la serie decisiva. La película de terror era con final feliz.

Balance final: Un año complicado

La vuelta de Carlos Delfino a las canchas argentinas es el gran logro positivo que dejó la temporada de Boca. El Lancha no jugó una gran cantidad de encuentros, y encontró un grupo que no venía bien, pero dejó gotitas de su magia. De yapa, fue clave en el quinto partido de la serie por la permanencia que mantuvo a Boca en la Liga Nacional. Gracias Carlos.

El pibe Gargallo dejó de ser Luquitas para ser Lucas. El jugador más mimado por la hinchada de Boca volvió a responder cuando las papas más quemaban. Clave en la salvación del 2015 ante San Lorenzo, se volvió a poner el traje de héroe en el quinto partido frente a los entrerrianos. Una realidad cada vez más asentada que disfrutan tanto el Xeneize como toda la Liga.

Se sabe que Boca apuesta fuerte por el básquet formativo y, en este 2017, volvió a tener un buen paso en la Liga de Desarrollo. Dentro de la competitiva Conferencia Sur, el Xeneize se metió entre los cuatro clasificados e incluso llegó a ganarle de visitante al tricampeón Bahía Basket. De la mano de Juan Pablo Fernández, el Xeneize tiene el futuro asegurado.

Su gente siempre estuvo. Se sabe que el Mundo Boca está lejos de ser una mentira, hay un Mundo Boca real y está día a día en permanente estado de ebullición. Dentro de ese contexto, el básquet tiene cada vez más repercusión, y su gente siempre estuvo. Con picos altos como el día del debut de Delfino o el quinto juego por la permanencia, hubo mucho clima en la Bombonerita.

Dentro de lo que se dice siempre que la dirigencia de Boca no apoya al básquet, la confirmación del presupuesto que se viene es clave. El Xeneize hará Liga Nacional (cosa que muchas veces se pone en duda) y con una cantidad de dinero importante para armar un plantel a la altura de su grandeza. Bien por los que sintieron el frío del descenso y corrigieron el rumbo a tiempo.

Fotos: Prensa Boca.

Leonardo Chianese (@leodeflores)

COMENTARIOS (1)

anaranjado 27/06/2017

Se los anticipe desde el comienzo, el representante los cag...... como hizo en su momento en Olavarria, en Junin, en Neuquen, en La Plata actualmente...es él y nada mas que sus negociados...

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