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Maggi: “A todos nosotros nos mejoró la vida de una manera increíble”

Diego Maggi es una palabra más que autorizada para hablar de la Liga Nacional (LNB) no sólo porque compitió en ella casi dos décadas y ganó cinco títulos, tres con Ferro y otros con GEPU y Peñarol de Mar del Plata; sino porque vivió desde adentro cómo León Najnudel, que a principios de la década del 80 era su entrenador en el Verdolaga, luchó para imponer su idea junto a José María Caballero, Horacio Seguí y el periodista Osvaldo Ricardo Oscarcitas contra los detractores.

El ex pivot de la Selección Argentina, afincado en Mallorca en España, dialogó mano a mano con Pick&Roll sobre los principios del certamen de básquet más importante del país del que el 26 de abril se cumplieron 35 años de su inicio en 1985. Además, se refirió a cómo está la situación en las Islas Baleares con el coronavirus, su desempeño como entrenador de las categorías formativas de un club, la medalla de oro obtenida en los Juegos Panamericanos 1995 y el trabajo de su hijo Iván en la NBPA en Estados Unidos.

- ¿Cómo está la situación en España?

-Yo vivo en Mallorca, en el centro de la isla. Acá empezó todo un par de días antes que en Argentina pero acá lo agarramos mucho más avanzado y fue muy duro en alguno lugares. En Mallorca, en Baleares, no fue tan grave, si bien la cantidad de muertos e infectados es mayor a Argentina, comparado con cualquier otra comunidad de España estamos bastante tranquilos. Personalmente, lo sufro pero tengo el desahogo de vivir en el campo y poder moverme un poco. Se está hablando de lo que es la desescalada, los últimos días dejaron salir a los chicos y han aflojado bastantes reglas.

-De a poco se va flexibilizando la situación…

-Si, en Italia y España están empezando a flexibilizar. Italia va una semana adelante nuestro. Ya era muy grave, si no empezaban la gente que no tiene forma de bancarse iba a estar complicada. Si bien hubo mucha ayuda del gobierno o está empezando a llegar, es complicado. Si no empiezan a soltar un poco esto va a terminar complicándose mucho más de lo que está.

- ¿Con el trabajo cómo venís sosteniendo el hecho de estar sin hacerlo?

-Yo ahora no hago nada de lo que hacía en el club Andratx que es el club de un pueblo. Yo estoy con lo que se llama cantera con chicos de 12 a 19 años. A mí me gustan mucho esas edades y lo estamos haciendo bastante bien. Acá hay muchos clubes en Mallorca, es una isla bastante chica con alrededor de 45 equipos en cada categoría. Si bien es la más grande de las Baleares, si haces más de cien de kilómetros para cualquier dirección, te caes a el agua.

Hago todo el día cosas para mantenerme en movimiento haciendo cosas en el campo o en mi casa. De lo mío, salvo estudiar o ver clínicas o videos de partidos y analizar y pasarles trabajos a los chicos, no hago nada. Esperemos que a fin de mayo podamos a hacer algo aunque yo lo veo bastante difícil y más con los chicos. Nosotros estábamos casi en el final del torneo en marzo y ya terminaba en abril, ahora tendríamos que estar terminando los torneos y yo creo que se van a suspender. Ya se verá, si las ligas profesionales están suspendiendo, las divisiones menores también.

- ¿Qué recordás de los principios de la Liga Nacional en la década del 80?

-Yo viví todo de primera mano porque León Najnudel era nuestro entrenador en Ferro. Desde el 1980 que se venía hablando que él venía hablando y tratado de convencer a todo el básquet argentino para poder lograr la ansiada Liga Nacional, lograr que no hubiera un campeonato de Capital Federal, Córdoba o Bahía Blanca sino uno nacional y que los campeonatos locales sean el tercer o cuarto escalón de la Liga Nacional.

Tenía muchas contras, sobre todo de los equipos de Capital Federal que tenían a la mayoría de los jugadores de la selección nacional y cuando viajaban al interior cobraban cachet. Para abrir el juego y que los equipos del interior pudieran competir, había que hacer que los de Capital abrieran la mano, dejaran ir a los jugadores, entendieran que iban a viajar al interior y que si la cancha se llenaba la recaudación iba a ser para el local, entender que cuando jugaban de local y venía un equipo de afuera no iba a venir nadie.

Tenían que convencerlos de que al principio había que invertir dinero y dejar de tener privilegios que otros habían luchado por ellos. León los convenció y en 1983 se hizo una liga algo rara que a León no lo gustó y en 1984 comenzó la Liga de Transición. Se jugaba al mismo tiempo que el campeonato de Capital Federal y tal vez los medios importantes del país le daban más importancia al campeonato de capital que a la liga nacional. De a poquito se fue revirtiendo la cosa y empezaron a entender todos, los dirigentes, periodistas, jugadores y entrenadores que el torneo que valía era la LNB.

- ¿Cómo era esa LNB?

-Era muy distinta a lo que es ahora, pero empezó y se hizo fuerte. Obviamente es el más federal de todos los torneos que hay en Argentina de cualquier deporte.

- ¿Y cuál fue tu visión cuando Najnudel te contó por primera vez su idea?

-Todos los días era volver y volver sobre lo mismo, de la famosa pirámide de equipos donde en la punta jugaban los mejores del país y de ahí para abajo se iban abriendo en zonas por mérito deportivo. Nosotros si bien entendíamos, él nos lo ilustraba con el ejemplo de la Liga de España o Italia. Él decía que las ciudades importantes tenían que tener equipo y poder competir y que los jugadores no tuvieran que emigrar a otra ciudad para competir a buen nivel.

Es decir, que un chico de Corrientes no tuviera que venir a Buenos Aires para sobresalir. Al jugar cada uno en su ciudad, muchos chicos que en otro momento se hubiesen retirado para no cambiar de ciudad, siguieron entrenando, mejorando y compitiendo y se logró que la cantidad de jugadores se ampliara y como dice la geometría a mayor base, mayor altura de la pirámide.

Si la altura fue mayor, la calidad fue creciendo Más adelante vino que esos mismos jugadores empezaron a jugar en Europa y ahí explotó. Eso ya León no lo pudo ver, llegó hasta muy cerca pero no pudo ver coronado todo lo que el buscó con su Liga Nacional. A todos nosotros nos mejoró la vida de una manera increíble.

-Paradójicamente, Najnudel quería copiar las ligas europeas y actualmente el calendario es más bien NBA…

-Por calendario jugamos en la misma época que juega el Hemisferio Norte para poder dejar el invierno nuestro pero verano de ellos libre para las competencias internacionales. Lo de los viajes ahora está siendo más parecido a la NBA que lo quera antes. Lo de viernes y domingo a mí no me parecía nada malo pero ahora se hace de otra manera. Obviamente no somos Estados Unidos y no tenemos la cantidad de gente que pueden tener ellos en la cancha porque nuestra economía no da para tanto. Igualmente, la idea de un equipo, de un torneo, es jugar mayor cantidad de partidos posibles porque el equipo genera por jugar y no por entrenar. Obviamente los dirigentes quieren que cuantos más partidos haya, mejor.

- ¿Seguís la LNB?

-La sigo por portales. Mirar en directo ni loco porque juegan a la madrugada de acá y me cuesta mucho, Algún partido he visto, pero no. Sigo las noticias, voy viendo cómo van los equipos. No soy un gran consumidor de deporte por televisión. No sé si es un pecado para un entrenador pero yo soy más de ver una clínica de un entrenador en video o aprender de ciertas cosas y no ver un partido de básquet. Alguno de Euroliga veo pero tampoco es que me muero por ver todos los partidos.

- ¿Qué cambio de la LNB que jugabas vos a la actual?

-Que no vea partidos no quiere decir que no me instruya de todo lo nuevo. Mis equipos, más aún en divisiones menores, no tienen un puesto asignado porque nadie juega fijo de espaldas al aro. Hay movimientos en algunos jugadores pero más que nada se juega por concepto, muy abierto y es totalmente diferente al juego con el que yo conviví durante tantos años de carrera.

Es clarísimo que se juega y entrena de otra manera. Es totalmente distinto, mucho más rápido, físico y de tirar o definir las jugadas. Hace rato ya que no hay 30 segundos sino 24 pero al margen de eso la manera en la que jugamos es totalmente distinta a lo que yo jugaba en mis años de inferiores o de primera.

- ¿Qué significó para vos ser medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995, del que hace poco se cumplieron 25 años?

-Fue una cosa muy rara para mí porque volvió la selección después de no estar un año. Nos juntamos 20 días antes del torneo y en el segundo entrenamiento me lesioné en una lesión que me iba a llevar 15 días y quedé afuera de la selección. Me volví a casa a seguir entrenando y recuperándome y me acuerdo que ya estaba preparado para ir a ver el primer partido en Mar del Plata un domingo.

El sábado como las 10 de la noche suena el teléfono en mi casa y era (Guillermo) Vecchio que me dijo que Hernán (Montenegro) no iba a poder jugar y que me necesitaba que lo reemplace. Yo no estaba 10 puntos físicamente pero no me iba a perder ese torneo si el entrenador me pedía que lo reemplazara. El domingo a la mañana, el día del partido, me pasaron a buscar, parábamos en Chapadmalal y yo vivía en Mar del Plata. Me mostraron los movimientos, el partido era a las dos de la tarde y ya para la cancha. Cuando me bajé vestido de la ropa del equipo la gente me miraba como diciendo que hacía ahí. No yo sabía qué hacía ahí. Lo disfruté a full, me pareció algo espectacular, fue mi retiro de la selección y no pudo ser de mejor manera.

-Todos los partidos fueron una fiesta…

-Siempre estuvo lleno, tuvimos 6 mil personas apoyando. Ganamos partidos muy difíciles. Retirarte con un título que Argentina no había conseguido nunca y volvió a tardar mucho tiempo en conseguirlo (N. de R.: Lima 2019), fue algo increíble. Fue fantástico, uno de los primeros pasos para que después apareciera la Generación Dorada que nosotros somos, mi generación, escalones necesarios para que luego aparezca esa generación que está al mejor nivel del mundo.

- ¿En los Juegos Panamericanos de Caracas en 1983 jugaste contra Michael Jordan?

-Claro, fue cuando no había llegado a la NBA. Jugaba Jordan, Sam Perkins y varios más que fueron importante en la NBA. De ese equipo 9 o 10 fueron NBA. Jordan era buen jugador, como todos, te pasaban por arriba pero de ahí a saber que iba a ser el mejor de todos los tiempos, no hubiese apostado por eso e incluso no fue elegido ni número 1 o 2, que si bien era un gran jugador no se esperaba que fuera el mejor de todos los tiempos. Si se esperaba que fuera un jugador muy importante en la NBA. Un año antes nosotros tampoco nos habíamos dado cuenta.

- ¿Sentís que en Argentina sos reconocido por lo que lograste en el básquet?

-Eso es muy normal que no se acuerden. Se puede acordar un periodista que te vio jugar, una persona de tu edad que te vio jugar pero los que no te vieron jugar ni se acuerdan o no saben, no hay mucha información. Cuando yo tenía 15 años y León me reclutó para Ferro, yo jugaba en Náutico San Pedro. Cuando llegué, en una de las primeras semanas fue todo el equipo a cenar a una pizzería de un basquetbolista y había una foto de un jugador con la camiseta 14 de Bahía Blanca.

Yo pregunté quién era y me miraron y me dijeron ‘cómo que no sabes quién es, es Cabrera’, uno de los mejores que hubo en Argentina. Yo no tenía idea. En el 79 u 80 no había la tormenta de información que hay hoy tampoco. Yo no puedo pretender que un chico de 15 o 20 años sepa quién soy yo o quienes eran todos los de mi generación si no se ponen a leer o informarse. Ellos ven lo que hay y la información hoy nos pasa por arriba.

En nuestra época leíamos el gráfico una vez por semana y teníamos la información de una semana entera. Ahora, la información de hace dos horas es vieja. Imagínate un jugador que jugó hace 20 o 30, ya pasó la historia. Puede contar (Diego) Maradona, (Jorge) Valdano o (Mario Alberto) Kempes. Va pasando y está bien, nosotros hicimos lo nuestro en su momento y fuimos reconocidos en ese momento.

- ¿Cómo analizas como padre el trabajo de tu hijo en la NBPA?

-Él trabaja en la asociación de los jugadores de la NBA. Está relacionado con todos los jugadores, está en todas o muchas canchas cada día. Iván es un chico que tiene una resiliencia increíble, no baja los brazos nunca y logra lo que se propone. En este caso consiguió una beca para ir a Estados Unidos, jugó al básquet en la universidad, se graduó en finanzas y trabaja en bancos de inversión pero siempre estuvo cerca de los jugadores de la NBA, es muy amigo de (Pablo) Prigioni y (José Manuel) Calderón, el español.

A partir de ahí los contactos que hizo demostraron que podía aspirar a un puesto y el jefe lo notó, lo vio trabajar y lo convocó para un puesto que había en la NBPA. Hace un año y medio que está trabajando y ha marcado diferencias, hecho cosas realmente interesantes. Trabaja con los jugadores internacionales, los que no son norteamericanos y ha hecho, porque me lo han contado y no él, cosas muy interesantes. Soy el padre, no puedo dejar de babearme (sonríe).

Emir Diamante
Pick&Roll

COMENTARIOS (1)

Barrena Juan 04/05/2020

Como te sufriamos cuando jugabas contra nuestro Atenas en los 80 /90, Tus grandes duelos con Donald Jones. Abrazo.

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