¿Las horas contadas?

• Emanuel Niel (eniel@pickandroll.com.ar)
• 03/02/2008
• (42 comentarios )

Luego de un gran juego ante Libertad, donde tuvo la posibilidad de quedarse con los dos puntos, Estudiantes llegó al juego del domingo motivado, buscando dar vuelta la ventaja deportiva que hasta ese momento tenía uno de sus rivales directos como lo es Ben Hur. Un desperfecto técnico impidió que la americana vaya al aire y ahora las chances del albo de permanecer en la “A” se ven muy reducidas.

Restaban 15 minutos para que se llegue a la hora programada para iniciar el juego. Ambos planteles ya se encontraban dentro del parquet realizando el calentamiento previo y la gente, poco a poco y pese al calor reinante en Bahía Blanca (34º / 36 ST a la hora pactada) iba ingresando al Dr. Osvaldo Casanova.

Fue en ese momento donde comenzaron los inconvenientes, o al menos, donde se hicieron más visibles los problemas. De un momento a otro los paneles generales que llevan el tiempo trascurrido de partido, puntos y faltas individuales y equipistas mostraron una falla, la cual dejó a dichos implementos técnicos a medio funcionar.

A su vez, los relojes de 24 segundos se acoplaron al desorden y comenzaron a fallar en los dos dígitos, único problema nuevo de este equipo, ya que desde la temporada pasada cuando fueron colocados los artefactos, estos registraron averías.

Según le indicó un integrante de la mesa de control a Pick and Roll, luego de la finalización del encuentro y la rauda salida de la dupla arbitral y el comisionado técnico sin dar tiempo a declaraciones en su egreso del estadio, los marcadores de posesión de balón no pueden fallar en los dos dígitos. Si la anomalía se registra en un solo dígito el encuentro se puede desarrollar con esos relojes.

Debido a que el reglamento FIBA indica que un partido se puede iniciar solo con los 24 segundos en funcionamiento, el comisionado Juan Carlos Pérez pidió que se conectasen los indicadores alternativos y allí un nuevo problema surgió.

Si bien los dos paneles andaban, estos no lo hacían de forma simultánea y es por ello que al acercarse la hora de inicio, al club Estudiantes se le dio una hora de prórroga para solucionar el inconveniente.

Ambos planteles nuevamente retomaron sus trabajos de entrada en calor, aunque con menor intensidad y diferente semblante según el aro que se miraba por aquel entonces. Mientras Luis Oroño aprovechaba para dialogar con la familia Ginóbili, Marcelo Richotti le encargaba a su hija irle a comprar un par de chocolates, los cuales luego recaerían en “Toñito” García y Jamaal Levy.

Si bien el calor fuera del estadio comenzaba a aplacar, las caras largas y el tiempo jugando en contra hacían olvidar la temperatura, y todas las miradas arribaban al mismo punto: la mesa de control.

Cables que llegaban y se iban. Gente que subía a las jirafas, conectaba y desconectaba enchufes y luego se bajaba. Dirigentes que con pasos presurosos y celulares en manos buscaban solucionar un problema que no tuvo reparación.

Las 22:40 se hacían presentes, y para aquel entonces hacía ya varios minutos que la cara del entrenador albo presagiaba el triste final del partido: mezcla de profunda nostalgia y bronca en exceso se reflejaban en un Richotti que solo atinó a caminar su lado de la cancha, practicar varios lanzamientos y tener siempre la americana en sus manos, como una terapia de descarga.

Finalmente los 60 minutos de plazo se cumplieron. Marcelo Latorre, que se encontraba con Fabricio Vito a unos dos metros de la mesa de control, comenzó el recorrido hacia el banco local para anunciarle la mala nueva al ex director técnico de la Asociación Española: “Lo suspendemos Marcelo”, fueron las palabras del juez nacido en San Martín.

Con cara angustiada y buscando un argumento Richotti le indicó, mientras se levantaba del banco y ambos se dirigían a la mesa: “Pero el viernes esto estaba igual y nos dejó jugar”.

El comisionado técnico tomó la planilla, hizo las anotaciones pertinentes en el final de la misma, donde figura la leyenda “Observaciones” y acompañado por la dupla arbitral, y escoltado por un par de efectivos policiales se dirigió a zona de vestuarios, de donde en pocos segundos también se fue.

Esa imagen se debe acoplar con los rostros de los jugadores estudiantiles para tener el cuadro dramático completo: Por un lado, los encargados de impartir justicia alejándose sobre el aro que da a calle Ángel Brunel, y por el otro, Gerardo Barrera y Jamaal Levy muy cerca de la mesa de control aún no pudiendo creer lo sucedido, Pedro Franco con las manos sobre su cabeza y los ojos mirando la nada buscando una explicación y José Muruaga, al borde de las lágrimas.

El público realizó una tenue silbatina, como dejando ver también que la nostalgia pesaba más que cualquier otro sentimiento. De a poco el plantel albo se dirigió a su vestuario, algo que ya había hecho Ben Hur casi al mismo momento que anunciaban la suspensión del cotejo.

Luego de estar un momento con sus dirigidos, el cuerpo técnico salió del camarín y al ser interceptado por el periodista de LU2 Eduardo López, Marcelo Richotti dijo: “No voy a decir nada, absolutamente nada”.

Ahora solo resta la resolución final del encuentro, la cual será emitida por el Honorable Tribunal de Disciplina de la Asociación de Clubes, el cual habitualmente se expide a mitad de semana.


Emanuel Niel
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En llamas

El Nacional Monte Hermoso se hizo con un triunfo bárbaro. En Santiago del Estero, en el estadio Ciudad, batió a Quimsa por 99-85 para adueñarse de la tercera colocación en la tabla de valores y, de paso, cortarle un invicto de siete encuentros como local a la fusión.

El arranque fue realmente a favor del equipo santiagueño, quien a pasos agigantados tomó el trámite del encuentro y con posiciones fijas cómodas y con buena rotación en el ataque del balón comenzó a estirar ventajas en el marcador. Pero, con el correr de los minutos, comenzaron a aparecer algunas desconcentraciones y la mano pesada de Andrés Rodríguez en defensa lo que rápidamente desembocó en que se fuera al banco al cargarse con tres faltas.

Lógico que ello luego trajo aparejado algunos problemas, porque a la falta de grandes, tener a un hombre alto cargado a sólo 5 minutos de juego ya era un tema para no descuidar. La visita se acomodó bien en la cancha, empezó a ganar espacios en el juego interior precisamente y tanto Manciel como Kanté se tornaron de a poco en una pesadilla para la defensa santiagueña. Nunca hubo contención.

En el segundo cuarto, Quimsa quiso tomar de nuevo el control del juego y comenzó a probar desde todos lados, pero no encontró las respuestas que buscaba. Muchos yerros inclusive desde la línea de libres y sin contar las pelotas perdidas. A todo ello, la visita ya era un claro dominador de las acciones y a fuerza de goles se encargó de estirar ventajas para cerrar el parcial por siete puntos arriba.

En el tercer período Quimsa esbozó una reacción, pero sólo fue eso, una intentona porque El Nacional rápidamente tomó el control del juego, gracias a un acertado trabajo de conducción de Castets y Sahdi, más la puntería de Ferrini, Kanté y Manciel, la visita terminó ganando el cuarto y ampliando el margen.

Los diez minutos finales fueron prácticamente un monólogo de El Nacional, ya que Quimsa entró en la desesperación y quería ganarlo con el corazón y no con la cabeza. Se cansaron de intentar desde diferentes ángulos, pero en esta oportunidad la mano caliente no apareció, la mano salvadora tampoco. Quimsa chocó contra un equipo que jugó muy bien al básquet y que nunca se desesperó hasta encontrar su libreto del éxito.

Síntesis

Quimsa (85): Jonatan Treise 9, Julio Mázzaro 15, Cleotis Brown 19, William McFarlan 20, Andrés Rodríguez 0 (FI), Sebastián Castiñeira 2, Phillip Lockett 2, Víctor Cajal 9, Fernando Small 8, Nicolás Zanni 1. DT: Fabio Demti.

El Nacional (99): Mariano Castets 8, Federico Ferrini 10, Sebastián Farías 8, Djibril Kanté 20, Michael Manciel 19 (FI), Byron Wilson 8, Cristian Amicucci 4, Alexis Elsener 8, Pablo Barrios 3, Fabián Sahdi 11. DT: Juan García.

Parciales: 22-22, 40-47 y 62-70
Árbitros: Osvaldo Bautista y Raúl Imosi.
Estadio: Ciudad.
Nota: Diario El Liberal