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El día que no pude ser periodista

¿Por dónde arrancar? ¿Cómo? Si con este partido se fue un pedazo de mi vida. De esta loca y enferma pasión llamada básquetbol, de la cual Chapu y Manu son parte importante.

¿En estos casos está bien escribir en primera persona? Qué se yo… ¡Qué carajo me importa! Si este nudo que tengo acá, justo arriba de la boca del estómago, no me deja ni pensar.

Solo sé que es una mezcla de todo. Una pelota que me hace pelota, porque al mismo tiempo me recuerda que ellos me hicieron feliz, me hicieron madrugar, sufrí con ellos, y con ellos también lloré… ¿No sería conveniente usar sinónimos?... sinceramente quiero pegarle un tiro a mi YO periodista…

Qué tercera persona, qué sinónimos. ¡Pará un poco loco! ¡¿No podes sentir?! Al menos cinco minutos dame. Dejame ser mi otro yo… ¿Sabes una cosa? Tomate franco… yo, el otro yo, te da el día libre periodista. Andá, descansá y a la noche volvés con las semifinales del femenino, ¿Ok? Déjame procesar mi duelo como siento, y cómo me salga.

Soy de esas personas bastante desmemoriadas, pero estos chicos… va, estos monstruos, hicieron que recuerde que hacía, decía, pensaba y vivía en cada uno de los torneos que jugaron, desde Neuquén 2001 hasta acá.

Recuerdo gran parte de esos momentos, que es mucho decir para una cabeza que no sabe dónde estaba hace media hora. Lo lograron estos hacedores de hazañas... incluso anoche… que tristeza hermano…

Sé que no tengo que mariconear. Orgullo debería sentir de ser contemporáneo a ellos. De saber que gracias a ellos miles de chicos comenzaron a jugar y por su gesta la llama no se apagará… aunque será otra llama, porque han dicho adiós y no hay nada que reprochar…

Brunito Altieri lo puso el otro día. Son de esos tipos que siempre pueden escribir una hoja más. En mi sentir, de los que dan alegrías inagotables, pero con esta última chicharra colgaron las zapatillas en la selección y es un palo en la nuca cada vez que lo pienso… y menos mal que lo pienso, porque si en este caso puntual me pongo a sentirlo, no tendría que salir de la cama… al menos por hoy.

Para muchos será exagerado, pero un romance tan apasionado como el que hemos vivido hace más de 15 años te deja una marca así de grande. Una hermosa historia de amor que sobrevivió a todo, pero hoy, al menos como la conocemos, llega a su fin.

Y como siempre me gusta quedarme con lo bueno, con el vaso medio lleno, les dejo esta última reflexión. Hoy voy a salir a la calle con la frente en alto, a pesar de estar mal dormido, dolido, y con los ojos aún vidriosos por lo llorado ayer… al fin y al cabo, si algo nos han enseñado en todo este tiempo, es a estar orgullosos de cómo nos representaron.

Perdón por no haber podido ser profesional. Por la falta de sinónimos, de una conexión lineal entre párrafos, por los problemas de sintaxis… perdón pero hoy no puedo… quise, intente, pero no me sale…


…Gracias, ¡Gracias con toda el alma! Gracias, por cada momento maravilloso que nos hicieron vivir.

Foto: FIBA.com

Emanuel Niel
@ManuNiel
www.pickandroll.com.ar

COMENTARIOS (13)

jorge 18/08/2016

EX - CE - LEN - TE !!!!!

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Dron Ramon 18/08/2016

Suscribo plenamente, eternamente agradecido a estos monstruos...nadie en nuestro deporte soñaba alguna vez con alguno de los logros que nos regalaron, sin embargo, el legado mas importante es lo que son, no lo que ganaron.

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Damian 18/08/2016

siento lo mismo, amigazo. Saludos.

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Nico 18/08/2016

Emanuel. Alguna vez compartimos una cancha de básquet en Estudiantes, alguna vez un aula en el ISCCS de Bahía Blanca, y alguna vez tuvimos el mismo sueño: ser jugadores profesionales. Comparto totalmente tus vivencias, tus sentimientos y tus formas de expresarlo. Al carajo con el Periodista, que viva el hombre con sentimientos, el niño con sueños. Además de felicitarte por tu carta, te resumo todo lo dicho y por decir en la foto que acompaña esta nota. Fijense bien quien está aplaudiendo a Manu al salir de la cancha.... Obvio, si el pívot más completo en la historia del básquet argentino, también oro olímpico y ex NBA, lo aplaude de píe a Manu, como no vamos a hacerlo nosotros. Gracias, eternamente gracias a todos y cada uno de los miembros de esta Generación de basquetbolistas que nos hicieron reir, llorar, festejar, putear, rebotear, taponar (no tengas dudas que todos hemos saltado frente a la tv en algún partido) y, por sobre todas las cosas, creer que podía ser posible lo que siempre soñamos. Fuerte abrazo y éxitos.

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ManuNiel 19/08/2016

Hola Nico! Que bueno saber de vos! gracias por tus palabras. cuando quieras me escribis al mail que figura en la nota. Abrazo grande y espero estes bien!

Mario Quinteros 18/08/2016

Soy un veterano tecnico ,desocupado por la edad,con un programa de radio sobre nuestro deporte,el mas hermoso del mundo y leere esta noche esta hermosa nota,diciendo que eso mismo senti yo,al terminar el juego y escuchar a Manu y Chapu Muchisimas felicitaciones y te seguire siguiendo porque sos un excelente periodista ,que ama nuestro deporte. Sin conocerte,fuerte abra zo Mario

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Diego 18/08/2016

Uhhh q ganas de llorar que tengo, que emoción!!! Palabras que compartimos todos los que amamos este hermoso deporte! La verdad que estos tipos nos mostraron que si se lucha y trabaja a consiencia y con armas nobles, todo se puede. Pensar que yo me quedaba hasta tarde los domingos para ver unos minutos de "La magia de la NBA" mientras mi vieja me cagaba a pedos, y todo para ver a unos extraterrestres que volaban con la pelota... Y de repente, como x arte de esa misma Magia, tenia enfrente al chapu clavando 25 pts y 18 rebotes en un playoff para los Bulls y a Manu, manejando la bola y decidiendo el futuro de los Spurs (sí, el lo manejaba aun con Parker o Duncan en la cancha...) Eso para mi fue soñar el sueño mas hermoso que tuve. GRACIAS! Tengo ganas de llorar de nuevo.

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regatense 18/08/2016

Ni mas ni menos que eso. Excelente nota. Abrazo dorado

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Fede 18/08/2016

Comparto plenamente. Palabras más, palabras menos, es el sentimiento generalizado de todos los que, desde comienzos de los 2000 hasta ahora, teníamos la certeza al sentarnos frente a la tele, de que la selección no te iba a defraudar. Notable.

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nacho 18/08/2016

aveces esta bueno dejar el "profesionalismo" (me refiero a la profesion) y sentir un poco lo que todos sentimos en estos momentos! buena nota! todos somos EL ALMA

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Maita 19/08/2016

Excelente!!creo que un resumen de lo que nos pasa a todos los que amamos y disfrutamos de este deporte. Son y serán el alma... el ejemplo a ser en cada una d las selecciones. Gracias por hacernos emocianar siempre!!

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German_DN 19/08/2016

EXCELENTE! Entiendo perfectamente lo que sentís, porque you siento lo mismo. Desde que me dí cuenta que Croacia se comía a Lituania, me invadieron la nostalgia, la tristeza, y también volvieron a mi cabeza un millón de recuerdos maravillosos que estos tipos grabaron a fuego en mi memoria. Escribo acá, no se si alguien va a leer esto alguna vez, pero tengo una necesidad enorme de hacerlo. Necesito, de algún modo, expresarme para sacar un poco de adentro todas estas emociones tan intensas. Voy a empezar contando que tengo 40 años. Amo el basquet desde los 8. Si sacan las cuentas, desde mediados de los '80. Seguí el Campeonato Mundial de Basquetbol de 1986 de España por radio. Y en ese momento, me dí cuenta que Canada estaba 20 puntos arriba nuestro, que a USA le alcanzaba con poner universitarios para salir campeones, y que la U.R.S.S. y Yugoslavia eran casi de otro planeta. Poco después, aprendí que Brasil, Puerto Rico, y hasta Venezuela, estaban arriba nuestro. Y como esos países, muchos otros. Seguía la LNB de Basquetbol por los diarios, y solo tuve la chance de ver algunos juegos en vivo gracias a un entrenador que nos llevaba a la cancha del Deportivo San Andres. Cuando tuve 13 años, junté agallas y me fuí a la cancha de River solo (viajar en tren en esa epoca, de noche, era una aventura), y lo pude ver jugar al Pichi Campana. Y me devoraba todo el basquet que había en TV. Y esa pasión nunca se me fue; aunque hubo momentos de mi vida en la que la vida misma me alejó del basquet, cuando veía algún equipo que tuviera algo que me atrajera (no podría describir que es lo que me atraía, pero me enamoré de muchos equipos en mi vida), era como que todo volvía a empezar. El Mundial del 90 que se jugó acá, fue otro cachetazo mas de realidad en cuanto al basquetbol argentino para mí. Pero, poco después, aparecieron los juveniles del '93... Y ahí ví que si podíamos jugarles palo a palo en juveniles a los paises con más tradición, a lo mejor en unos años mas, cuando esos juveniles fueran mayores... Después explotó nuestra liga: se puso super competitiva, con equipos de alto nivel, que superaban a los de Brasil y al resto de américa. Vecchio llegó a la selección, fuimos a Atlanta 96, y hasta dijo que Argentina podía llegar a ser medallista olímpico... Y después llegaron, de a poco, desde distintos puntos del país, unos pibitos que pintaban realmente bien... Y encima, todos de una edad parecida! El Mundial del 98 me dejó con gusto a poco, sentí que estábamos para mas. Y el Preolimpico del '99. Para mí, ese fue el real comienzo de la generación dorada: porque si bien no eran los mismos del 2001, los que estuvieron en Puerto Rico en 1999, se dieron cuenta que podía jugar mano a mano con todos. Y encima se quedaron con la espina de ir a Sidney 2000. Llegó el turno jugar el Premundial de Neuquen. Y lo que vino después, lo conocemos todos y muy bien. La época de oro de la Selección Argentina. Seguro están pensando por qué hice ese recuento histórico, si se puede llamar así... Porque quiero contar que viví épocas en las que enfrentar a muchos seleccionados, era saber que nos iban a ganar por 15, 20 o 25 puntos. Así de simple. Y encima, seleccionados argentinos con jugadores que renunciaban, se peleaban entre ellos, o jugaban de modo egoísta. Con la llegada de la Generación Dorada, se transformó todo: un seleccionado que jugaba bien, pasándose la bola, donde lo importante era ganar, sin miedo a ganar y mucho menos a perder, con un estilo propio. Y el miedo, partido a partido, lo empezaron a sentir los que nos enfrentaba. Así de simple. Al mismo tiempo que estos jugadores se ganaron un lugar en el mundo del basquetbol, me cumplieron un sueño(como a muchos de uds que saben de lo que hablo porque también lo vivieron). Meterles palizas a Brasil, Puerto Rico, Canada, Rusia, Italia, Turquía, Lituania, y a muchos otros... Les juro que tenía que pellizcarme para creerlo! Y encima, el Mundial de Indianapolis, con el triunfo a USA incluido... y la gloria en Atenas 2004, y Japón en 2006... Y Beijing 2008, y todo lo que vino después: jugadores que se sumaban y daban todo, los históricos mostrando su amor por la selección, peleando y ganándole a equipos mas jóvenes y mas largos, dejando siempre todo en la cancha... Hasta esta última función. Hoy creo que no podía haber una forma mejor de terminar esta maravillosa historia. Ni siquiera con una medalla. Porque esta historia es simplemente perfecta. Es como la vida: se gana y se pierde. Se logran objetivos a veces, otras veces se superan y otras veces no. Pero en esta historia, nosotros, los que vimos todo desde la TV o desde las tribunas, pudimos demostrarles que no los queremos solo cuando ganan, sino que va mucho mas allá de eso. Los amamos (tienen alguna duda que lo que nos generaron es amor acaso?) porque transformaron nuestra historia, ganando y perdiendo, y dejaron un legado innegable. Nos hicieron sentir emociones muy intensas, y eso nunca lo vamos a olvidar. Y esta nostalgia que todos los que amamos el basquetbol sentimos hoy, va a servir para que como hinchas, elevemos la vara de nuestros jugadores. Pero no en cuanto a resultados, sino en cuanto a conducta, entrega y disciplina. Porque si esas tres cualidades se mantienen, nuestra selección vá a seguir estando arriba. No lo duden.

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Dron Ramon 19/08/2016

Excelente resumen de los que tenemos la misma pasión y somos mas o menos de la misma época, lo que hicieron estos chicos es hacer realidad los sueños, tendremos amor y gratitud eterna.

Obdulio 19/08/2016

Tu nota refleja lo que sentimos todos los que nos gusta el basquet y nos hizo pasión esta generación dorada, que tantas alegrias nos dió, y lo que sufrimos también, que algunas veces viajamos y otras los miramos por tv, pero nunca nos perdimos una de verlos, porque valia la pena.

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Nicola77 20/08/2016

No podía creer que estuviera leyendo todos estos comentarios con un nudo en la garganta, pero ahora que me pongo a escribir sigo con el mismo nudo. Tengo 60 años y jugué este maravilloso deporte desde los 7 hasta los 33 años, y soy como todos los de mi epoca que creiamos, hace 30 años, que jamás veríamos a nuestro basquet entre los mejores del mundo, estabamos tan lejos. Llegamos al mundial 2002, nunca voy a olvidar que el día de la final, peleé con mi mujer, porque ella no podía entender que no la acompañara a una fiesta por ver ese partido, es que todavía pensaba que otra oportunidad así jamas la iba a vivir. Gracias a dios me equivoqué y fueron muchas más. Estos jugadores nos hicieron creer que todo iba a ser posible eternamente, hasta me ilusioné cuando a los 3 minutos del último partido estabamos 8 a 2 arriba de EEUU, aunque internamente sabía que era imposible, pero estos jugadores se merecían una última ilusión. Eternamente agradecidos a estos monstruos que tanto nos hicieron disfrutar, un ejemplo, hasta siempre.

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